miércoles, 11 de mayo de 2011

Diversidad


Entre café y galletas, en una conversación cotidiana, de esas que sabemos, no recordaremos jamás por su carencia de significado, fue cuando descubrí la extraña sensacíon que me provoca comprobar que existen personas diferentes a mi, es decir, ¿cómo puede no gustar el arte, la literatura, la música? ¿cómo puede no volver loco a otros estar recostada sobre el pasto mirando un cielo azul?
Amo la diversidad, y mi vida se basa en el nuevo paradigma de la inclusión a la diversidad. Pero no encuentro dentro de mi, poder de compresión, de razonamiento ante algunas situaciones.
¿Será quizás que es falta de ínteres? ¿Gente que no siente motivación de aprender, de disfrutar?
Mi mente vuela, mi pasión se desata ante la vida. Y si bien muchas veces a sido un martitio, siempre tuve ese deseo idiota y extravagante de disfrutarla al extremo, con la fuerte necesidad de no dejar pasar ningún cotidiano momento, un mate, un libro, el vuelo de una mariposa y hasta el sonido del agua.
Mi razón no comprende, no lo comprenderá, pero respeto la diversidad.

Insosteniblemente


Insosteniblemente
como el río al pos de la lluvia
desbordo.

Suelto mi pelo,
desligo mi ropa,
me irrita el calor.

Siento el viento
la brisa, el sol
el aroma
y alguna canción.

Insosteniblemente
como el hielo al caer
avalanchas
sin frenos.

Si pudieramos tan solo desasernos de culturas impuestas que son solo tediosas y molestas.


lunes, 9 de mayo de 2011

Desnudar mi alma



Abrí mis ojos, al despertar de una noche serena y de amor, y percibí que ese día seria diferente. El aroma, el color, el matiz de ese día, me transmitían una sana energía que aumentaba poco a poco mi sensibilidad. Me encontré esa mañana frente a un papel, de un blanco excitante, que provocaba mi pasión de escribir sobre él. Deje mis deseos realizarse y tomando un lápiz comencé:

"Si pudiera descifrar lo que mi alma siente, podría escribir un laberinto de emociones, ambiguas y confrontadas, destacando que llevan un tiempo tratando de organizarse. Sería fácil de todos modos desnudar mi alma, es sencilla, aunque a veces se interprete lo contrario. Esta llena de amor, de recuerdos, de deseos, cada vez que pienso en ella se me viene la pintura de Van Gogh, de el duraznero, ese árbol, con tantas ramas, algunas florecidas, otras no, esos tonos, mezclados, pero cálidos, ese trazo, que tan solo Van Gogh puede lograr, es mi alma, pintada.
Intento dejar al desnudo, lo que soy, y lo que no. Sin querer caer en la esencia humana, es decir, en la de todos. Intento entender y transmitir la subjetividad de mi alma, aquello que sólo esta en mi, y que me pertenece. Que difícil se me hace transcribir sensaciones en letras, aunque es cierto, que el desafío me tienta, al saber que ese es el secreto del poeta. No hay poesía si no se escribe desde el alma, y hablar de ella, hace aún más difícil el escribir.
Cierro los ojos, y respiro tranquila, buscando en mí lo que quiere salir, se duermen mis manos, se relajan mis piernas ¿Cómo transcribo el lenguaje de ella? ¿Cómo explicar lo que produce en mi? Calma, quizás esa  sea la palabra correcta para referirme a ella, eso me hace sentir, calma de saber que estoy evolucionando, que voy perfeccionando poco a poco mis impurezas, que crezco, que florece tal cual como lo hace el duraznero de Van Gogh.