martes, 24 de noviembre de 2009

Madre



Las voces del interior aclaman tenerte cerca, para escuchar tus consejos, para que solo me sostengas.


Tan lejos te siento, no puedo ni divisarte, ni sentirte, ni tocarte, mucho menos abrazarte.

Vuelve a mi madre querida, vuelve a mí tu beso suave, que me resuelva cuestiones, que me aliente a caminar, que abra puertas y caminos

Y no me vuelva a dejar.

Te necesito, Flori.

Retrato de un día angustiante



La lluvia de este día gris me llevo a iniciar un paseo por el interior de mi alma, a descubrir sensaciones, angustias y también felicidad, sobre este papel intentare plasmar lo que a diario mi alma calla, mi alma guarda y oculta.

Hoy me siento melancólica, los recuerdos golpean contra mi memoria, de a miles, de situaciones muy variadas, pero ninguna retrógeda, sumado a esto mi necesidad de más, de alcanzar lo que no puedo me hace notar que no estoy en tierra firme, que no conozco mi suelo, ni aquello que me une a él, “desorbitada” seria la palabra justa para éste momento de mi vida, sí desorbitada…
A veces siento que es la vida misma la que me lleva a vivir, la que me expone y resguarda a la vez de los actos o hechos que suceden, me siento una marioneta en las manos del amor, un títere en el correr de los días que solo dan vuelta la página y continúan su oficio.
A veces me siento vacía, mi pensamiento se vuelve confuso, un torbellino de dudas que no me deja avanzar, todo comienza a cambiar ambigua y constantemente, ya no solo me gusta el blanco, también el rojo y el negro, no solo escojo una flor, sino también un violín, no me siento decidida, tengo miedo al actuar, de acuerdo a lo que yo pienso en esos momentos perdidos que me dejan sin sentido…
Es tan extraño vivir, es tan extraña la vida, crecer es cosa de locos y ni te cuento moverse, le ruego a Dios en lo alto que me de fuerza infinita para sentirme querida y valorar lo que yo tengo, que quizás con sus defectos sea más que lo que pretendo

Todo me recuerda a tí




No me siento enamorada


Ni mucho menos angustiada

Pero debo confesar

Que me tenés encantada


Me siento extraña al verte

Pero me haces sonreír

Cada momento vivido

Pareces interferir

En mi mente hay un lapso

Que solo piensa en ti

Cada momento vivido

Todo me recuerda a ti

Esclava de la mirada



No soy libre en esta vida

No se, quizás, en el cielo

Es pegajoso el caminar

Mucho más que un caramelo


Me siento limitada de andar

De moverme en cada instante

Sumergida en mil miradas

Que son raras y constantes


Miras, me miro y te miro

Las miradas del sujeto

No somos más que carne

Como si fuera un objeto

Nadie sabe lo que siento

Ni yo que sienten de los demás

Somos esqueletos organizados

Sin vida y nada más

A tí mamá




No puedo comprender

El porque de las cuestiones

Los momentos de la vida

Ni tampoco las acciones


Aquí me quedo mamá

Esperando tú regreso

Sin entender un instante

Este dolor tan intenso


No pretendo que me expliquen

No pretendo entender

Solo pasiva me quedo

Pensando en volverte a ver


Para contarte mis cosas

Para escuchar tus consejos

Para que sepas de mí

Y esos asuntos complejos


Vuelve madre querida

Vuelve a mí celestialmente

Dime que estas cerca siempre

En cada rincón de mi mente


Poeta




Escribo por ser poeta

Escribo por que disfruto

Escribo por placer

De imaginar cada minuto

Escribo para expresarme

Para ser bien comprendido

Para contar lo que me pasa

Sin que tú te hayas ido

Escribo por que permite

Abrir fronteras inigualables

Imaginar de noche al día

Y ambigüedades interminables


Pero más que nada yo escribo

Por que me obliga a pensar

A sentir lo que me pasa

Y a mis sentimientos ordenar

Caballero del Sí



Te lo ruego caballero,

El de ojos más hermosos

El que me cuida y protege

Y el hombre más generoso

Caballero humilde ante mí

Ante mis ojos brillosos

De verte cerquita mío

Y comprender que es hermoso


Dime, caballero del si

Dime si ante mi amor

Dime que sientes lo mismo

Que yo siento con fervor


Dime sí, ante mi vida

Dime que soy la elegida

A la que quieres unirte

Para estar toda la vida


Ser felices en la tierra

En el cielo encantado

De estar juntos cada día

Y de haber resucitado.